martes, 26 de mayo de 2015
Los alumnos de 1º de APD han visitado el centro colaborador de las FCT, Centro Hospitalario Padre Menní, el día 15 de Mayo.
El inicio de la visita consistió en una visión general de la institución apoyada por medio técnicos.
Visitaron el centro ocupacional, el centro psicogeriatrico y las instalaciones comunes (cocina, comedor, cafetería...)
Como colofón, se les invitó a un pequeño ágape, quedando algunos de ellos muy interesados en reflexionar sobre el voluntariado de la institución.
Los
odontólogos han detectado que en los últimos años se está produciendo en España
un incremento de casos de apiñamiento dental, dientes montados unos encima de
otros, provocado por una incorrecta alimentación, una mayor respiración por la
boca y algunos malos hábitos adquiridos, sobre todo en la infancia.
Según
destacó la especialista de Clínicas Vital Dent, Olga Prieto, este tipo de
deformidad es consecuencia de la desigualdad existente entre el tamaño de los
dientes y el espacio interdental necesario para que estén alineados y, aunque
en la aparición de dientes apiñados hay un componente genético, se ha percibido
un aumento de casos de este problema que puede ocasionar dificultades para
comer y hablar e incluso problemas bucodentales como consecuencia de la
acumulación de placa.
viernes, 22 de mayo de 2015
Andrea Iglesias, Olga Castellote y Paula Rodríguez nos envían unas fotos del Padre Apolinar, con las profesoras a las que apoyan en las aulas. Les agradecemos muchísimo que posen para nuestro blog.
Las tres son alumnas de prácticas del ciclo de grado medio, Atención a Personas en situación de Dependencia.
miércoles, 20 de mayo de 2015
jueves, 14 de mayo de 2015
«NO HAY NIÑOS NO TRATABLES SINO DENTISTAS QUE NO SABEN TRATAR NIÑOS»
El niño es un paciente muy especial que requiere un trato acorde con esa condición peculiar que le confiere la corta edad y para el que no todas las consultas parecen estar adecuadas a la hora de recibirlos. ¿Han de tener un ambiente diferenciado? ¿Cuál es la edad idónea para que el niño visite por primera vez al dentista? ¿Qué comportamiento ha de tener el profesional ante un paciente infantil? ¿Es necesaria la presencia de los padres? Cinco expertos odontopediatras y una psicóloga infantil han atendido a la llamada de nuestra revista para que expusieran sus conocimientos en el encuentro que ha marcado el inicio de la nueva temporada de los desayunos de GACETA DENTAL.
El doctor Jesús Calatayud, miembro del Comité
Científico de GACETA DENTAL, coordinó la composición de la mesa que debía
abordar el tema de la relación del niño como paciente con el dentista. La
reunión, amena como pocas, se convirtió en un foro en el que afloraron buena
parte de las experiencias vividas por los profesionales convocados: los doctores
Paloma Planells, Martín Romero, Fernando Costa y Ana Isabel Terán, y la visión
externa desde la profesión aportad a por la psicóloga infantil Silvia Álava.
Precisamente el empirismo de estos dentistas hizo que
el titular para definir el encuentro apareciese en la primera intervención
porque, según recordó Martín Romero, «no hay niños no tratables, sino dentistas
que no saben tratar niños». No obstante, y basándose en esa experiencia que
caracterizó a la mayoría de las intervenciones, reconoció que «los niños de muy
corta edad o los que tienen una discapacidad sí crean algunas complicaciones».
Terció en este aspecto la doctora Planells para poner
sobre la mesa el hecho de que los odontólogos infantiles se encuentren en sus
consultas con muchos pacientes que llegan derivados por otros colegas. «Suelen
ser los casos que los demás no pueden tratar, lo que nos produce mucha
satisfacción por la confianza que demuestran hacia nosotros nuestros
compañeros, aunque también representan en muchas ocasiones un problema porque
los planteamientos que hacemos al paciente sobre el tratamiento son muy
diferentes a los que se han hecho hasta ese momento; en algunos casos hemos de
realizar técnicas específicas de remodelación de la conducta para crear una
nueva disposición, positiva, hacia la clínica».
NIÑOS 'REBOTADOS'
Entre esos frecuentes errores que comete el
profesional no habituado a tratar con pacientes infantiles destaca el
comportamiento del dentista «porque ve al niño como un adulto pequeño y el niño
en realidad es un ser diferente en cada momento de su vida y si no conocemos en
qué estadio de su vida se encuentra, si no sabemos de su desarrollo, no
podremos tratarle».
Y hay casos en que los problemas creados por estos
pacientes 'rebotados' «son tan graves que hay que recurrir a la anestesia
general del niño porque nosotros somos el último eslabón para atender a un
paciente que llega a la consulta llorando y pataleando», reconoció el doctor
Fernando Costa.
«La anestesia general es el último recurso, que
utilizamos cuando no queda más remedio, después de haber probado técnicas más
normales en las que se da un voto de confianza al niño, porque la anestesia
general supone un riesgo y un gasto que quizás no siempre evaluamos con
acierto», explicó Paloma Planells, quien mostró su «sorpresa por la frecuencia
con que los padres llegan ya a la consulta con la idea preconcebida de la
necesidad de una anestesia general».
Estos casos afectan exclusivamente a las consultas
privadas porque «la parcela pública de la Odontología infantil se mueve en el
ámbito de los programas preventivos», explicó Ana Isabel Terán. «Puede haber
alguna extracción, pero desde hace veinte años el niño va a pasar sus
revisiones al dentista del centro de salud, una especie de dentista de familia
que recibe en su consulta a diez o doce niños al día, uno cada quince minutos,
más o menos, además de los veinte o veinticinco adultos, también cada cuarto de
hora». En todos los casos «son intervenciones poco traumáticas, poco agresivas,
a veces se hacen obturaciones, y en general son pacientes bastante agradecidos,
claro que van a que les cuenten los dientes o porque un diente se mueve y
entonces aparece la figura del Ratoncito Pérez. La pública es más una oferta
educativa, de información de hacer ver que la Odontología es una necesidad de
salud y no algo traumático, de allanar el camino para cuando surja la patología
y recomendar la visita a la consulta privada porque eso ya se sale del ámbito
de la Odontología pública».
MIEDO AL SILLÓN
No obstante, pese a todas las precauciones que se
puedan tomar con el niño, siempre hay casos en los que surge el miedo al sillón
del dentista. ¿Qué hacer, entonces? En términos generales, «si se tiene cierta
complicidad con el niño», no tiene por qué haber problemas, según la psicóloga
Silvia Álava, quien avanzó que «es normal que los niños vayan siempre con
cierta prevención y temores a la consulta porque no saben qué les van a hacer;
el miedo se genera porque hay una ansiedad anticipatoria: piensas que te va a
pasar algo desagradable, que vas a sentir dolor… Por eso hay que tratar de
conseguir que el foco de la atención no esté dentro del niño, sino fuera de
él», aunque si el niño ya ha tenido una mala experiencia con el dentista «es
conveniente hacer un trabajo previo y hay que enseñarle pequeñas técnicas de
relajación».
Pero en muchas otras ocasiones, el problema de los
miedos no se debe siquiera a experiencias negativas del niño sino a la
educación que ha recibido de sus padres. «El carácter del niño y su
comportamiento tiene una relación directa con la educación recibida en casa y
en estos tiempos se nota que, en general, ha habido demasiado consentimiento de
padres a hijos. Son problemas que hemos de batallar los odontopediatrask, y somos pocos», expuso Fernando Costa. Y en
parecidos términos se expresó Martín Romero, aunque añadió la variable creada
por la existencia de una «relación directa entre la tensión emocional y el
miedo de los padres con la de sus hijos; los miedos manifestados por un padre
influyen decisivamente en que el niño llegue a la consulta con el reflejo de
esos temores». Una herencia que Silvia Álava explicó desde el punto de vista psicológico:
«No podemos olvidar –dijo– que el principal aprendizaje de los niños es por
modelado y su principal modelo de referencia son los padres. Si un padre y una
madre manifiestan un miedo atroz al dentista transmitirán esos temores a su
hijo, por eso es necesario dar unas pautas a los padres que ayuden a que sus
hijos logren superarlo». Pautas que hay que hacer extensivas por otra parte, a
los padres de «ese grupo determinado de niños que no tienen interiorizadas
normas ni límites, que se sienten indiferentes a lo que se les mande: 'Yo no
hago caso a ese señor por mucha bata blanca que tenga', se dicen, y es cuando
hay que decirles a los padres cómo tienen que manejar la situación, obviando la
vía de la evitación, del 'bueno, hijo, no te preocupes, si no es hoy podemos
volver las veces que sea necesario hasta que el dentista lo consiga'. Aquí el
problema no es el niño, sino los padres». «Al final hemos de educar previamente
a los padres», apuntó el doctor Costa.
PADRES, ¿SÍ O NO?
En este punto de la disertación abierta surgió la
conveniencia de que los padres acompañen o no al niño a la consulta. «Cuando el
paciente es un bebé es necesario que el padre te ayude a sujetarlo, pero desde
el momento en que el niño es medianamente autónomo es preferible que esté solo
porque puedes manejar mejor su comportamiento al no tener que estar pendiente
también de la actitud del padre, que no deja de ser influyente», al menos esa
es la propuesta de la doctora Planells, quien introdujo la particularidad del
paciente discapacitado, «un niño que no solo viene acompañado por el padre sino
también con su educador especial, que es el que nos guía sobre la motivación y
las técnicas que ha transmitido al paciente antes de llegar al consultorio». El
doctor Romero apuntó una tercera tipología de progenitor: «Hay padres que, sin
saber por qué, controlan al niño fenomenalmente y hacen que se comporte mejor
en la consulta». «Es decir –puntualiza Paloma Planells–, que no estorba, que es
lo bueno; porque yo me he encontrado con padres que dicen no dejar nunca solos
a sus hijos, vamos, como si tuvieran un pupitre a su lado en el colegio. Es ese
tipo de padre súper protector que, además, quiere quedar bien ante todo el
mundo porque él es el mejor… y que, además de ser mentira, lo que hace es
estorbar». Eso de jugar a dos bandas es también complicado a los ojos del
doctor Costa: «Hay que atender al niño, que está esperando, y a su padre, que,
aunque lo tengas a tu espalda, te está hablando continuamente. Y eso es como tratar
dos pacientes a la vez y yo solo los trato de uno en uno». Además de que «el
niño se va a comportar de una forma diferente si está solo con el profesional a
como lo haría acompañado, y más si ese público son sus padres», añade Silvia
Álava.
CLÍNICAS ESPECIALIZADAS
Todos los aspectos tratados hasta ese momento en la
reunión condujeron a la clara necesidad, apuntada unánimemente por los
presentes, de la existencia de clínicas especializadas y, en consecuencia, a la
creación de la Odontopediatría como especialidad odontológica.
Porque la salud oral infantil en España tiene una
clara laguna desde el momento en que, «para la Seguridad Social, el niño no
tiene dientes hasta los seis años; para el Estado, para la salud pública no
existe el diente de leche, aunque tenga una caries, y eso puede llevar a una
infección sistémica que abarque toda la infancia». Ana Isabel Terán recogió el
testigo de la salud oral infantil en el ámbito público: «La sociedad no se
puede acostumbrar a que todo lo que se necesite sea público o gratuito porque
los recursos son limitados y, de todas formas, aunque hubiera un dentista en
cada edificio de viviendas no serviría para prevenir la caries porque la
prevención es el cepillo de dientes y el dentífrico, y la concienciación mediante
las adecuadas campañas en televisión, los colegios… Hoy en día no es más barato
prevenir que curar».
Con todo, hubo total coincidencia en señalar que el
niño debe visitar al dentista «desde que tiene dientes e incluso antes», según
Ana Isabel Terán, lo que dio pie a hablar sobre la necesidad de dar consejos a
las mujeres embarazadas para que cuiden la salud dental del bebé incluso antes
de su nacimiento con hábitos saludables en la alimentación de la madre, pero
especialmente en la lactancia. «Hemos de tener presente –dijo el doctor Costa–
que en el momento del embarazo se están formando las dos denticiones y todo lo
que pueda pasar en esa etapa va a repercutir en el desarrollo posterior de esos
dientes». Varios de los asistentes al encuentro apuntaron la necesidad de
educar a las madres para que conozcan los riesgos del amamantamiento excesivo,
como forma de prevenir futuros problemas en la salud bucodental de sus hijos,
«porque la leche materna afecta al diente en su contacto continuo y, además, no
hay una higiene frecuente de esos dientes», apuntó Fernando Costa. Comentario
que continuó en el mismo sentido la doctora Planells, quien recordó la elevada
cantidad de lactosa que tiene la leche materna «lo que, junto al contacto
continuo, facilita la aparición de caries en dientes temporales recién
erupcionados». Ese es el motivo por el que «la SEOP [Sociedad Española de
Odontología Pediátrica] organiza desde hace trece años congresos conjuntos
entre pediatras y odontopediatras con el objetivo de tratar de resolver este
problema del que ya hemos hablado: que el diente de leche no existe en la
Seguridad Social». El doctor Romero apuntó como mejor método preventivo la
necesidad de «extender la idea de que la primera vez que ha de ir un niño al
dentista es cuando le sale el primer diente, así evitaremos la caries del
biberón, una de las patologías más agresivas y difíciles de tratar en
odontopediatría». Un objetivo que se ha de perseguir desde el mismo momento del
embarazo de la mujer. «Sería ideal aleccionar a la madre para que limpie con
una gasa las arcadas del bebé para evitar la aparición de la primoinfección, la
primera llegada de las bacterias a la arcada».
ADOLESCENCIA: FALTA DE HIGIENE Y 'PIERCINGS'
Otra etapa complicada y difícil en la salud bucodental
pediátrica llega con la adolescencia. Son años en los que se abandonan los
hábitos higiénicos que hasta entonces se han seguido porque son los padres
quienes se ocupan de la higiene diaria. Son hábitos que luego se recuperan,
pero para lo que es necesario dar un pequeño empujón a los adolescentes. El
doctor Calatayud apuntó un pequeño truco para animar a que se cepillen los
dientes los adolescentes que llegan a la consulta, llevándoles al terreno que
más les preocupa en ese periodo de la vida: el ligue. «Con esa boca no vas a
encontrar quien te dé un beso», aguijonea a sus pacientes adolescentes poco
dados a la higiene.
Silvia Álava expuso la perspectiva psicológica de la
adolescencia, «una etapa en la que se cuestiona todo. En los adolescentes
evoluciona muy rápido el sentido crítico, pero les falta la experiencia vital,
de ahí su espíritu idealista, y se cuestionan todo incluso que se les insista
en el cepillado de los dientes. Además son muy cortoplacistas y su razonamiento
les lleva al día siguiente: 'Ayer no me lavé los dientes y hoy no se han
picado, luego no es tan importante'. Eso les lleva a pensar que los adultos son
unos exagerados». También en la etapa adolescente surgen las tentaciones del
piercing y el tatuaje, 'adornos' que se han puesto de moda y en el que no ven
ninguno de los peligros añadidos que conllevan. «El piercing es claramente una
automutilación», fue rotundo el doctor Romero, «algo que se ha hecho desde las
culturas más primitivas, como la maya, que incrustaban piedras en los dientes
como adorno u ornamento; lo cierto es que el piercing origina muchos problemas
graves, como hemorragias, infecciones, recesiones gingivales, aperturas
dentarias, afectar a los brakets en un tratamiento ortodóncico…». Martín Romero
guarda en su consulta un artículo sobre todos los problemas que puede causar el
piercing y cuando llega un adolescente con uno de esos 'adornos' se lo entrega
«para que lo lean tanto él como sus padres». «En el peor de los casos «que se
lo pongan de plástico», intervino el doctor Costa, «porque el trauma dentario y
periodontal que produce es menor».
Silvia Álava ofreció el consejo psicológico para que
esas automutilaciones no sean tan frecuentes entre los adolescentes. «Hay que
tener muy claro que los niños, desde muy pequeños, necesitan normas, límites
marcados, que se les diga no. Tienen que aprender a tolerar la frustración que
supone no tener siempre lo que se quiere, a moverse por unos cauces
establecidos por los padres». Porque, según Álava, las cosas no han cambiado
tanto de una generación a otra: «La sociedad nos vende que los adolescentes han
cambiado muchísimo y es cierto que el entorno es muy distinto, pero el
desarrollo evolutivo, madurativo y emocional no lo ha hecho tanto».
Las visitas periódicas al dentista permiten controlar
otros aspectos de la salud de los adolescentes, no sólo la dental, como los
casos que se dan de trastornos de la alimentación. En ocasiones llegan a las
consultas pacientes en los que sus dientes ponen de manifiesto la existencia de
vómitos habituales. Se presentan con un problema odontológico, pero la raíz del
mismo es muy distinta, y detrás pueden encontrarse unas incipientes anorexia o
bulimia. «Cuando aparece alguno de estos casos hablamos con los padres y se
pone en marcha el protocolo de actuación adecuado», según Paloma Planells. Esta
misma doctora reintrodujo, finalmente, la particularidad del niño discapacitado
como paciente, «niños con necesidades especiales que en consecuencia requieren
un tratamiento especial. A veces te quedas con ganas de hacer más por ellos,
pero hay unos límites que vienen marcados por su propia enfermedad o
discapacidad, ya sea física o psíquica».
Una lanza rota a favor de ese colectivo desfavorecido
que el doctor Romero dedica a pacientes con 'enfermedades raras', como la
fisura palatina. «Son niños que necesitan más tratamiento que uno normal porque
habitualmente presentan bocas de desastre y han de ser llevados por
profesionales que estén acostumbrados a tratar estos temas. Yo trabajo en
fisura palatina en el hospital 12 de Octubre, donde se les hace la cirugía,
pero como la Seguridad Social no cubre la ortodoncia… Por eso pido, por favor,
que los odontólogos que vean a estos pacientes se preocupen de que estén bien
atendidos».
Y con este ruego del doctor Romero, secundado por
todos los presentes, concluyó el encuentro dedicado a la Odontopediatría en el
que quedó como poso la necesidad de prevención y educación: prevenir mediante
la utilización diaria del cepillo y pasta de dientes y educar a padres e hijos
para que así sea.
lunes, 11 de mayo de 2015
Un estudio evalúa la presencia y funcionalidad de las queratinas en el esmalte
Las mutaciones en las queratinas de pelo provocan alteraciones en la estructura del esmalte dental. Así concluye una investigación elaborada por el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de Bethesda (EE.UU.).
Según los resultados de un estudio realizado por Olivier Duverger, investigador del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de Bethesda (EE.UU.), las queratinas epiteliales del pelo son componentes cruciales del esmalte de los dientes y las mutaciones en estas queratinas aumentan el riesgo de defectos dentales y caries porque reducen la microdureza del esmalte.
Composición
El pelo y los dientes son apéndices ectodérmicos que comparten mecanismos de desarrollo, pero sus principales componentes estructurales son muy distintos. El eje del pelo se compone esencialmente de filamentos de queratina, que están altamente entrelazados, mientras la matriz del esmalte de los dientes está constituido, principalmente, por proteínas (amelogenina, ameloblastina, etc.) que se degradan y se sustituyen por minerales durante la maduración del esmalte.
El esmalte totalmente mineralizado contiene una pequeña fracción de material orgánico entrelazado que no se ha determinado completamente, por lo que, en el estudio realizado, los investigadores evaluaron la presencia y la funcionalidad de un conjunto específico de queratinas del pelo en esta fracción orgánica de esmalte.
Metodología
Se realizaron análisis del transcriptoma en el esmalte de ratones modificados para carecer del factor de transcripción homeobox 3 (DLX3), que es un regulador de la expresión de la queratina del cabello en el folículo piloso.
Los investigadores evaluaron la asociación de polimorfismos en las queratinas del pelo con la susceptibilidad a la caries dental.
Se estudió el impacto funcional de las mutaciones de las queratinas del cabello en las propiedades estructurales y mecánicas del esmalte en dientes extraídos, utilizando microscopía electrónica, tomografía computarizada y pruebas de microdureza.
Los científicos encontraron que varias queratinas epiteliales específicas del pelo se expresan en el órgano del esmalte y están subreguladas significativamente en ausencia de DLX3. Además, se determinó que los polimorfismos en las queratinas capilares, asociados con los trastornos del pelo, también se vinculan con una mayor susceptibilidad a la caries.
Análisis funcionales revelaron que las mutaciones en las queratinas del pelo provocan alteraciones en la estructura del esmalte y reducen su microdureza. Al final del estudio, los hallazgos de los investigadores determinaron que las queratinas del pelo son un componente crucial del esmalte y su mutación eleva el riesgo de defectos dentales y caries.
El trabajo, titulado «Las queratinas del pelo como componentes orgánicos estructurales del esmalte maduro: la relación entre los trastornos de pelo y la susceptibilidad a la caries dental», se presentará en la 93ª Sesión General y Exposición de la Asociación Internacional de Investigación Dental (IADR, por sus siglas en inglés)
miércoles, 6 de mayo de 2015
lunes, 4 de mayo de 2015
Las células madre de pulpa dental pueden emplearse para tratar la córnea
Se abre un nuevo frente para tratar la ceguera corneal
Las células madre de la pulpa dental de las muelas del juicio pueden ser redirigidas para convertirse en células de la córnea, un avance que podría utilizarse para reparar cicatrices oculares provocadas por una infección o lesión.
Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburgh (EE.UU.) sugieren que las células madre de pulpa dental podrían emplearse para tratar cicatrices en la córnea, representando un nuevo frente para tratar la ceguera corneal.
Los hallazgos de esta investigación, publicados en la revista Stem Cells Translational Medicine, revelan que podría hallarse una nueva fuente de tejido para trasplante de córnea a partir de las propias células del paciente.
Ceguera corneal
La ceguera corneal afecta a millones de personas en todo el mundo. Típicamente se trata con los trasplantes de córneas de donantes, explica el investigador principal de este trabajo, James Funderburgh, profesor de Oftalmología de la Universidad de Pittsburgh y director asociado del Centro Fox Louis J. de Restauración de la Visión del Centro Médico de esa misma Universidad (UPMC, por sus siglas en inglés).
«Hay escasez de donantes de córneas y se puede producir el rechazo del tejido donante, lo que puede originar la pérdida permanente de visión», declara el doctor Funderburgh. «Nuestro trabajo es prometedor porque el uso de las propias células del paciente para el tratamiento podría ayudar a evitar estos problemas», añade este investigador.
Los experimentos
Los experimentos llevados a cabo por la investigadora Fatima Syed-Picard, también del Departamento de Oftalmología de la Universidad de Pittsburgh, y su equipo de investigación mostraron que las células madre de la pulpa dental, obtenidas del tercer molar humano, o muela del juicio, podrían convertirse en las células del estroma de la córnea llamadas queratinocitos, que tienen el mismo origen embrionario.
El equipo de científicos inyectó los queratocitos diseñados mediante ingeniería en las córneas de ratones sanos, donde se integraron sin signos de rechazo. Además, durante la investigación se emplearon las células para desarrollar construcciones del estroma corneal similares a los tejidos naturales.
«Otras investigaciones han demostrado que las células madre de la pulpa dental se pueden utilizar para hacer nervios, hueso y otras células», señala la doctora Syed-Picard.
En trabajos futuros, los investigadores evaluarán si la técnica puede corregir cicatrices de la córnea en un modelo animal. «Tienen un gran potencial para su uso en terapias regenerativas», concluye la investigadora del Departamento de Oftalmología de la Universidad de Pittsburgh
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